domingo, octubre 09, 2016

Dylan & Stones

Bob Dylan, The Rolling Stones y el arte de vencer al tiempo

La apertura del encuentro en el Valle de Coachella confirmó que no se trata solo de apilar grandes nombres: sobre todo está la música que esos artistas pueden sostener. Dylan fue efectivo en su histórica parquedad; los Stones aprovecharon un momento de alta autoestima.
Todavía resuena en el aire, mezclado con la pólvora de los fuegos de despedida, el extended mix en que se convirtió ese superclásico del rock llamado “Satisfaction”. El gigantesco campo del Empire Polo Club se convierte en un lento y feliz éxodo de espectadores de toda nacionalidad (los organizadores anuncian con orgullo que “vino gente de todos los continentes excepto Antártida”) en cuyos rostros felices se lee una doble, sí, satisfacción: la de saberse partícipes de un evento histórico, y la de haber comprobado que no se trata solo de nombres pesados. En este caso, el ego de los protagonistas extiende cheques que el cuerpo sí puede cubrir: The Rolling Stones y Bob Dylan acaban de ponerle sustancia a lo que hasta unas horas antes era puro anuncio enfervorizado. “Bienvenidos al hogar de retiro Palm Springs para músicos gentiles”, chanceó Mick Jagger cuando el show recién arrancaba. Pero los viejos aún pueden rockear. Nota aquí.

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