jueves, marzo 31, 2022

Ismael Serrano

 Ismael nos cuenta por Facebook.

¡Muchas gracias a tod@s! En solo unos pocos días de venta, se ha agotado la primera edición del Cancionero. Aún podéis encontrar ejemplares en vuestra librería habitual, pero ya hemos puesto en marcha las máquinas y muy pronto tendremos la segunda edición preparada.



Kevin Johansen

 "Hay canciones que son irrompibles"

El cantautor se dio el gusto de recorrer temas preferidos y reversionarse a sí mismo en un proyecto del que ya mostró adelantos en los que comparte micrófono con Jorge Drexler y David Byrne.

Kevin Johansen se muestra relajado y contento. Está sentado en el sillón de su casa de Belgrano en short y remera. A su lado, dos compañeras fieles: la guitarra y su pequeña perrita, que se pone panza arriba para recibir caricias. En el patio de atrás, su hijo Tom Atahualpa juega con amigos del barrio o del colegio. La escena es cotidiana y habitual. Tan frecuente como la creación musical y el oficio de cantor y compositor. Johansen está de estreno y su estado anímico desborda entusiasmo. Hace unos días, lanzó un single de una versión en clave candombera de “Suzanne”, de Leonard Cohen, con la colaboración de su amigo uruguayo Jorge Drexler. Es el segundo adelanto de un disco que tiene casi listo y que fue grabado en los estudios Zorzal, en Montevideo, bajo la producción del músico y productor Juan Campodónico. Nota aquí.



miércoles, marzo 30, 2022

Toquinho

 "Las canciones nacían del placer de vivir"

Junto a su banda y artistas invitados rendirá homenaje al repertorio que inmortalizó junto a Vinicius de Moraes y Maria Creuza en el mítico disco La Fusa, de 1970, uno de los más entrañables documentos de la bossa nova de todos los tiempos.Sin Creuza por razones de salud, junto a Toquinho estará la excelente cantante Camilla Faustino.

“Hay obras que surgen espontáneamente, que están hechas con tanta sencillez que nos asombran por la longevidad que logran”, dice Toquinho del otro lado del teléfono. El guitarrista brasileño habla de La Fusa, el mítico disco que compartió con Vinicius de Moraes y Maria Creuza en 1970 y que constituye uno de los más entrañables documentos de la bossa nova de todos los tiempos. A cincuenta años más dos de aquella edición del recordado sello Trova, Toquinho ofrecerá un show conmemorativo, el viernes a las 20.30 en el Teatro Gran Rex. Será la celebración de una forma de decir que dejó una marca inconfundible y perdurable. Con él estará la excelente cantante Camilla Faustino, acaso un buen ejemplo de cómo aquel disco todavía retumba en las nuevas generaciones de cantantes brasileñas. La etapa argentina de la gira comenzó en el Domo del Centenario de Resistencia y pasó luego por el Auditorio Montoya de Posadas, el Teatro Libertador San Martin de Córdoba, el Auditorio Juan Victoria de San Juan y el Cine Odeón de Concordia. Después del Gran Rex la gira continuará por Santiago de Chile, antes de cruzar hacia España. Nota aquí.



martes, marzo 29, 2022

Rodolfo Serrano

 El pan

Sube el pan, dulce maná del hombre.
Unos céntimos. La ínfima distancia
que separa el miedo a la pobreza
de la esperanza mínima y redonda.
Sube el vaso de vino, cae el consuelo
del hombre que rebusca en su bolsillo
dos monedas para ir al paraíso,
fugaz edén, efímero y pequeño.
Las calles, estas calles ya sin nadie,
espejismo de un tiempo que no es nuestro.
Es la desolación del pan y el vino,
alimento sagrado de los dioses.
Ese precio del pan, no importa cuánto,
que nos trae este viento de tristeza,
este frío terrible, el desamparo
que estos días nos dejan en el alma.
Dadnos, pues, un buen sorbo de esperanza,
un bocado de paz en nuestros labios,
el calor de algún cuerpo en la alta noche.
La vida entre los brazos que añoramos.
Y que el pan no se mida por migajas,
que pueda compartirse, tierno y suave,
con el hermano que anda a nuestro lado,
que habla solo y espera solo un día
hablarle a dios del hombre y su tristeza.
Foto de Raul Cancio.



Rafa Mora

 FELIZ DÍA DE LA NO POESÍA

Escribo versos para desenredar el nudo.
Para desentrañar la trama.
Para desarmar a la razón.
Para escuchar el latido que arritmia al mundo.
Escribo versos para pedir por mí.
Para salvarme de mí.
Para encontrarme conmigo.
Escribo versos para masticar la amarga raíz.
Para escupir sobre la tumba de los días aciagos.
Para limpiar el reguero que dejan las metáforas.
Escribo versos. Sí.
Pretenciosos.
Desmembrados.
Reincidentes.
Escribo versos, sí,
para huir del perdón de los poetas.
Para saciar, sobre todo, la sed de luz que habita detrás del poema.



lunes, marzo 28, 2022

Miguel Hernández

 De pastor de cabras a su muerte en prisión, vida y obra de Miguel Hernández, figura clave de la literatura española

A ochenta años de su muerte, el compromiso del escritor, autor de obras como “Viento del pueblo” y “El rayo que no cesa”, se revaloran en un presente de guerras, exilios y persecuciones.

“Los poetas somos viento del pueblo: nacemos para pasar soplando a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres más hermosas”, escribió el poeta español Miguel Hernández (1910-1942) en Viento del pueblo, publicado durante la Guerra Civil Española, en 1937. Hernández había nacido el 30 de octubre de 1910 en Orihuela; durante su infancia y juventud, el amor por la poesía y la literatura creció mientras pastoreaba cabras. Al cuidado del rebaño, leía libros de san Juan de la Cruz, Lope de Vega, Garcilaso de la Vega (”un claro caballero de rocío”) y Luis de Góngora -por mencionar cuatro de sus claras influencias- y escribía sus primeros poemas. Hoy se conmemora el 80º aniversario de la muerte de Hernández en una cárcel madrileña, en 1942, a los 31 años. Nota aquí.



Paris Joel

 Quedar, Marchar

No se va el que se marcha,
Se va el que se queda.
Gota sumisa por el sumidero del desagüe
Hacia el gran lago del mar muerto.
Irse es cabalgar en la máquina de Wells,
Marcar a fuego un futuro incierto,
Llamarada viva, roja, latente,
Navegar por las islas de Odiseo
Con el viento de poniente,
Ajeno a la rueca, a Penélope,
Escapando de Polifemo.
El que se queda ya ha sucumbido
A los cantos de sirena,
El que se va solo regresa
En su universo paralelo.
Entre idas y venidas, la tardanza
Es simple y llanamente,
un fármaco griego.



Enrique Pinti

 Enrique Pinti, el humorista de raza y el entrañable charlatán que nos enseñó a reírnos de nuestras desgracias

Esta madrugada murió un autor, agudo observador de la realidad, un actor. Con su talento logró el aplauso del público y el respeto de sus colegas. Sus propuestas teatrales registraron récords de permanencia en las carteleras y su talento en el escenario jamás fue discutido. Su éxito no fue azar sino producto del amor y el respeto que siempre sintió por su profesión.

Enrique Pinti nació el 7 de octubre de 1939 en una familia de orígenes diversos. Su papá trabajaba en el Ministerio de Obras Públicas, pero su mamá había tenido una muy buena situación económica. Su abuelo materno vino de Italia en 1898 y “ya tenía plata”. Tuvo una finca con bodega en Mendoza y le regaló a su hija un petit hotel de 14 habitaciones en el cruce de Entre Ríos y Brasil. Allí creció Enrique, y contaba que de chico era “totalmente sociable” y agregaba con humor: “Pero no me dejaban salir a la calle, y como tenía una casa grande, decían: ‘No entiendo por qué tenés que juntarte con esos vagos del conventillo de enfrente; invitá a los compañeritos del colegio’. De los cuales tres vivían en el conventillo de enfrente”.

Pinti recordaba que en el colegio era un desastre porque “estudiaba nada más que lo que me gustaba”. A los 6 años comenzaron sus problemas de sobrepeso. “A mí personalmente no me importaba hasta que empecé a tener contacto con la sociedad competitiva”, comentó en una oportunidad al respecto. Su sobrepeso y su indiferencia total por el fútbol lo hicieron un fanático del cine. “Nunca me mandaban al arco. Cuando me invitaban a jugar al fútbol, yo les decía ‘vayan, ganen pero a mí no me rompan los huevos que no nací para esto. Yo iba tres veces por semana al cine. Si en el fútbol no era bueno en eso era tres veces bueno”, contaba con orgullo. Nota aquí.



Rodolfo Serrano

 ¿Qué puede hacer un poeta?

¿Qué puede hacer un poeta, enfermo y viejo,
cuando el mundo se viste de tristeza,
se rompe en mil pedazos y se incendia,
se desangra por un millón de heridas?
¿Mirar hacia los árboles desnudos?
¿Ir a comprar el pan y los periódicos?
¿Notar que se hace un nudo en la garganta
al mirar las noticias asesinas?
¿Dormir, dormir, dormir y consolarme
diciéndome que es todo, todo inútil?
Nada puedo hacer yo que escribo y digo,
que junto cuatro letras para nada.
Que pido paz sabiendo que mis gritos
no los escucha nadie y nadie, nadie
sabe siquiera que vivo y hago versos.
Me queda sólo maldecir esta barbarie,
maldecir a los dioses que bendicen
estas guerras de muertes y de sangre.
Romper en mil pedazos los poemas
y llorar con los niños, como el niño
que otra vez soy, con miedo e impotencia,
desconsolado niño en una guerra.
La foto es de Raul Cancio.



Mercedes Morán

 “No me preocupa hacerme vieja, sino convertirme en una vieja de mierda”

La gran dama argentina de la interpretación y acérrima militante feminista recibe el reconocimiento a toda su carrera en el festival de Málaga. “Antes el maltrato formada parte del carácter de los directores”, asegura.

Cuando Mercedes Morán (Córdoba, Argentina, 66 años) viene desde el Buenos Aires en el que reside al Madrid que lleva en su corazón, siempre llama a Inma Cuesta y Barbara Lennie, dos jóvenes amigas cuya sensibilidad admira. No hay nada que le guste más a esta grandísima dama argentina de la interpretación ―a quien en España vimos por última vez en El reino y que anoche recibió en el festival de Málaga el galardón en reconocimiento a toda su carrera― que apoyar a otras actrices. No en vano, la mitad de las más de veinte películas en las que ha trabajado las han dirigido mujeres. Por eso le ha emocionado tanto este premio: “Por fin no estoy compitiendo en alguna terna contra una compañera, admirada o querida”.

Pregunta. Ha dicho que alguna vez ha renunciado a la fama masiva que le daban las series porque no quería estar siempre escuchando lo que quería oír…

Respuesta. Siempre he dicho que si estás siempre rodeada por un séquito de gente que está para atenderte, para mimarte, corres el riesgo de ponerte tonta. Permanecer en esa burbuja que responde a ese deseo frívolo de que se te dé la razón en todo te aleja de la vida real, que es lo que te nutre como actriz. Después de un programa de televisión de mucho éxito, intento hacer una película de autor con poco presupuesto. Me cuido mucho de la parafernalia y del star system. Nota aquí.



Horacio Fontova

 "Necesitamos llorarlo y celebrarlo a la vez"

Bajo la dirección de Popi Spatocco, músicos como Lito Vitale, Laura Ros, Claudia Puyó, Facundo Guevara y Alfredo Piro actualizarán el repertorio del Negro.

Hubo un tiempo en que Horacio Fontova solía pasar navidades y años nuevos con la familia Vitale. También compartía con ella cenas domingueras a mesa grande y tendida, en las que a veces, lógico, pintaba tanada. Una noche, de hecho, una discusión colectiva y subida de tono derivó en que uno de los jóvenes del clan vació una copa de vino en el pescado que estaba preparando Doña Esther, alma mater de la casa, y se fue raudamente del sitio. “El 'Negro' lo miró y dijo 'qué grosso, che'”, cuenta y ríe Lito Vitale, testigo directo de la secuencia. Otro día, más cerca en el tiempo, Laura Ros lo invitó a cantar un tema en un show y, cuando Fontova apareció en escena, ambos empezaron a reverenciarse recíprocamente en modo “bajar cabezas” hasta que los dos terminaron en el piso, boca abajo. “Cosas que solo podían pasar con él”, dice Ros, descostillada de risa. Rolando Goldman también conoció mucho al polifacético "Negro". Cierto martes, el charanguista lo invitó al programa que tenía en la Radio de las Madres. Y justo caía 13. “Fue muy divertido, Horacio dijo al aire que al amor de su vida (la querida Gabriela) la había conocido un martes 13 y que vivían juntos en la Calle Serrano 1313. Por cierto, en la mesa del estudio de radio pusimos algunas estampitas de Pugliese”, recuerda el músico.

Es una bendición que Horacio Fontova tenga un merecido homenaje artístico-musical como el que va a suceder este sábado a las 20 en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 151), bajo el nombre Fontova presente. Pero tal no lo completa si no se lo adoba con el sinfín de anécdotas hermosas, risueñas y desafiantes que el cantautor, dibujante, humorista y actor argentino dejó en la memoria del pueblo, antes de abandonar el orbe en abril de 2020. “Cuando se hizo lo de Fontova presidente en el Estadio Obras, yo era invitada como el ministro de ¡gomería! y cantamos varias canciones juntos”, aporta Claudia Puyó, haciendo viajar su memoria hasta 1988, cuando tal hecho ocurrió. Se conocían de cuando la cantante concurría, de chica, al bar del “Negro”. Otro que lo conoció allá lejos en el tiempo fue Claudio Kleiman, que también será parte del concierto-homenaje. El periodista se suma al anecdotario. “En uno de los cumpleaños del  Negro pude conocer desde el tipo que hacía la voz de Larguirucho hasta, no sé, Fabio Zerpa”, recuerda Kleiman. Nota aquí.



Javier Rodríguez del Barrio

 El 22 de febrero de 1939 murió Antonio Machado…

Mi nombre es Ana Ruiz
y velo el cuerpo de mi hijo Antonio
desde hace dos noches,
tres años
y una guerra;
no recuerdo el tiempo transcurrido
para alcanzar este mar
que dice ‘ya pronto llegamos a Sevilla’
y posa sobre mi frente
sus manos de amoníaco.
las manos y la muerte
Esta soledad
que nos habita
es de pobres
y las palabras pensión y España, también;
y el hambre,
y el odio,
y el hombre más allá de su muerte,
y morirse, en definitiva.
Una madre no debería ver morir a su hijo...
Recuerda a tu padre
‘en estos días azules y este sol de la infancia’.



Alexis Díaz Pimienta

 MARWAN

Noble Marwan o Marwán,
Recupérate, poeta.
Dicen que a la bicicleta
Aún operándola están.
Tus huesos se curarán
Como se curan los brazos
Que acaban hechos pedazos
Después de algún accidente:
Por el amor de la gente
Que vive de tus abrazos.
Recupérate, juglar,
Rapsoda, poeta, aedo.
Como abrazarte no puedo
Y como no sé rezar
Solo me queda versar
Después de ver esta foto.
Y ya en tu semblante noto
El optimismo de un niño.
Hay bálsamo de cariño
Sobre cada hueso roto.
Tu guitarra está esperando.
Tus fans oyen tus canciones.
Hay poemas y oraciones
Tus dolencias conjurando.
Tú te estás recuperando.
Sale la luz de tu garganta.
Y aunque la fractura espanta
No baja tu resplandor
Porque un Viejo Boxeador
Siempre que cae, se levanta.



Ana Montojo

 LO QUE QUEDA

Todos esos caminos que anduve a ciegas,
todos esos retornos al mismo sitio.
Todas esas batallas que perdí siempre,
todas las que tampoco intenté ganar.
Todas esas ciudades que nunca he visto,
todos esos lugares que tanto amé.
Todos esos proyectos que no llegaron,
todas esas promesas que no cumplí.
Todas las causas justas que imaginaba,
todas las causas justas que abandoné.
Todos esos amigos que se me fueron,
todos los que vinieron en su lugar.
Todas esas heridas que están abiertas,
todas las cicatrices que ya no duelen.
Todas esas creencias de cuando niña,
todos esos consuelos que ya no son.
Todos esos temores a un cruel futuro,
todas esas preguntas sin resolver.
Todas esas palabras que me embaucaron,
todos esos silencios que yo guardé.
Todas esas miradas que no me vieron,
todas esas razones que no atendí.
Todas esos gintonics que bebí a solas,
todos los vinos tintos que compartí.
Todas mis soledades que se hacen humo,
todas esas derrotas que me fumé.
Todos esos poemas que me rompieron,
todas esas estrofas que no escribí.
Todas las viejas culpas que me atormentan,
todos esos perdones que yo me doy.
Todos esos amores que me mataron,
todos los que, seguro, también maté.
Todas esas historias que me contaron,
todas las realidades que comprobé.
Todas esas mentiras que yo creía,
todas esas verdades que me callé.
Todos esos olvidos que ahora regresan
todos esos recuerdos que ya olvidé.
Todas las madrugadas con los pies fríos,
todos los fuegos fatuos de atardecer.
Todos esos insomnios que tú llenabas,
todos los despertares sin tus abrazos.
Todos esos te quiero que nunca dije,
todos los que te dije sin ton ni son.



miércoles, marzo 23, 2022

María Guivernau

 RESPIRAR

Desde la última vez
que me perdí en tu risa,
tengo pinzado
el nervio torácico
y me cuesta llenar los pulmones.
Camino a suspiros,
cerrando los ojos cada tres pasos
para recuperar el aliento
trayendo el recuerdo de tu mirada,
el sonido de tus palabras
en conversación interminable.
Desde la última noche
amanezco cada día
con las ganas de ti en aumento
deseando que tus manos
me acaricien el pecho
y poder respirar hondo.
Otra vez.



Omara Portuondo

 Omara Portuondo graba y gira a los 91 años: "Mi lugar favorito será siempre el escenario"

La legendaria vocalista viene de hacer una colaboración con el español C. Tangana, prepara su siguiente álbum y anunció su tour final, llamado "Vida".

Hace 25 años, en la ciudad de La Habana las figuras legendarias del son y el bolero vivían al margen del sistema. Las que habían podido seguir adelante con sus carreras, lo habían hecho resignando su glorioso pasado por un presente gris. Para colmo, desde fines de los '80 la timba (suerte de salsa a la cubana que resulta de la mezcla de son, jazz y nueva trova) había opacado por completo al resto de los ritmos afrocubanos. Hasta que un fabuloso accidente le brindó a estos músicos, en su mayoría septuagenarios, una segunda oportunidad para llevar adelante su propia versión de la Revolución cubana. Y todo esto gracias al sello World Circuit, que desembarcó en esa época en la nación caribeña con dos proyectos. El primero consistía en un disco de fusión en el que dialogarían soneros de la isla con artistas africanos, liderados por el guitarrista y compositor estadounidense Ry Cooder (autor de la banda de sonido del film Paris, Texas, así como colaborador de los Rolling Stones, Neil Young y Eric Clapton). Nota aquí.



Ana Montojo

 AL FINAL DE LA TARDE

Agoniza la luz en esta tarde
ya he cubierto
esa parte de mí tan previsible
donde todo está puesto en su lugar exacto.
Esta es la realidad en la que vivo
con tanta intensidad como si no existiese
la parte más prohibida de mi vida,
cuando se cae el sol sobre mi cama
y soy otra mujer igual de cierta.
La que dice
te quiero tantas veces, encerrando
en esas dos palabras
esa vida, mi amor, que se nos niega.
Y es ahora,
cuando el día se acaba y estoy sola,
cuando me doy el gusto de pensarte,
cuando te echo de menos porque puedo
permitirme ese lujo. Y es ahora
cuando digo te quiero cien mil veces,
y cuando tú estarás, ajeno a todo,
donde yo no estaré y, casi seguro,
no encontrarás momento de pensarme.
No sé si merecíamos este amor en precario,
esta gris mezquindad de compartir
instantes de locura,
fogonazos de luz en las tinieblas
para dar nuestro nombre a los vacíos,
resignados
a no hacernos preguntas, pues sabemos
de sobra las respuestas.
Esta conformidad, esta manera
de dejarnos morir sin resistencia alguna.