sábado, abril 30, 2022

Doña Cata

Copetín al paso: el bar y almacén anclado en los años 40 que se mantiene como un baluarte de la bohemia orillera.

Doña Cata es uno de los últimos comercios donde conviven un almacén y, en un salón contiguo, un boliche con despacho de bebidas.

“Somos la resistencia”, proclama, levantando una copa de vino, Osvaldo Escaturro. Está en un rincón del almacén y bar Doña Cata, abierto desde principios de los años 30 del siglo pasado, en una esquina olvidada de Valentín Alsina, rodeado de fábricas abandonadas y casas bajas. Es el último sobreviviente de una raza de comercios que tienen por un lado el almacén y en una habitación contigua el boliche con despacho de bebidas. Una guardia de 20 fieles clientes lo frecuenta a diario. “No podemos cerrar nunca ni irnos de vacaciones, los muchachos se quedan sin su punto de encuentro”, afirma Ariel Fiel, detrás del mostrador.

“Esto es un paraíso”, dice Alejandro Casero, miembro de la guardia de soñadores que sostienen la historia del boliche. Abierto en una fecha indeterminada, el punto de partida lo inició Catalina Pindus, en 1940, una ucraniana que llegó al país “escapando de alguna guerra”, recuerda Fiel. Se afincó en Oberá, Misiones, donde trabajó como mensú en la cosecha de yerba mate y se casó joven. Luego se mudó a esta esquina de Valentín Alsina. Enviudó y quedó sola con su hijo. Ella se encargó de atender el comercio. Vivió hasta 2019: murió a los 95 años. “Vivía al fondo del almacén”, cuenta Laura Acevedo, esposa de Ariel.

Desde 2010, están al frente de este orillero baluarte de la bohemia.

“No quería hablar mucho de lo que había vivido en Ucrania —cuenta Acevedo—. Era muy pulcra y llevó una vida muy austera; a la noche elegía andar con una linterna, antes de encender las luces. A veces se juntaba con un vecino a hablar su lengua materna”.

“Acá la gente venía a las 5 de la mañana a tomar un copetín al paso y se iban a trabajar”. Así se refiere Acevedo al barrio en la década del 40. Durante gran parte de la primera mitad del siglo XX, era un hervidero de gente. La fábrica Siam, curtiembres, frigoríficos y saladeros ocupaban miles de obreros. Antes y después, pasaban por el boliche. Nota aquí.







León Gieco

 

Willy Quiroga

 "La Biblia según Vox Dei", en versión sinfónica y con multitud de invitados

El show en el Auditorio de Belgrano será una celebración por los 50 años de la primera ópera rock hispanoparlante, que llega tarde por la pandemia. Serán de la partida Piti Fernández, Emilio del Guercio, Miguel Zavaleta,  María Rosa Yorio, Juan Rodríguez, Osvaldo Zabala, Eduardo Frezza, “Vikingo” Martínez e Isa Portugheis, entre muchos otros.

Poco hay que no se haya dicho aún sobre La Biblia según Vox Dei. Bastante clara quedó la cosa cuando el enorme disco doble y conceptual llegó a las disquerías de todo el país, el 15 de marzo de 1971. Nadie se había atrevido a tanto, en lo que iba del rock argentino. Esos temas sesudos, que demandaron ciento cincuenta horas de grabación –algo inusual para la época— en los estudios T.N.T. Esas voces. Esos arreglos orquestales. Esos Marshalls al palo, recién llegados de Estados Unidos, que Almendra había habilitado para detonar “Las guerras”. Esa armónica que viste bellamente el nacimiento de Cristo. Esa introducción poderosa y volada del “Génesis”, la ternura de “Libros sapienciales”, la calidez de “Moisés”: todo estaba ahí, concentrado en un álbum destinado a trascender, incluso, el marco del rock. En una obra que, además de ser la primera ópera rock -o algo así- del rock hispanoparlante, marcó un hito. Un fuerte lazo entre el entonces emergente rock criollo y “la sociedad civil”, que hasta entonces miraba de reojo las músicas, los hábitos, el ser en sí de aquella generación emergente. “Lo único que le faltó a La Biblia, creo yo, fue una buena traducción al inglés o al italiano, para que nuestros queridos Papas se enterasen de la obra. Y después, hacer una gira mundial importante. Pienso que la obra no ha recibido el trato que se merece, pero siempre queda la esperanza”, dice a Página/12 uno de sus hacedores, Willy Quiroga, en las horas previas a una nueva puesta de la obra. Nota aquí.



Tute

 


viernes, abril 29, 2022

Ismael Serrano

 “Hoy la esperanza es un acto de rebeldía”

Después de dos años de su última visita el artista español vuelve a la Argentina. Hoy y mañana se presenta en el Festival Únicos 2022.

La cita no es en un coqueto hotel, un bar de moda o las oficinas palermitanas de alguna productora. Ismael Serrano recibe a Teleshow en el Centro Vasco aunque él haya nacido hace 48 años en Madrid. La elección del lugar ya muestra que estamos ante un artista distinto, de esos que prefieren las buenas canciones a las buenas propuestas de marketing, esos que no le temen a la calificación “comprometido” aunque algunos lo tilden de “anacrónico”. En sus temas hay angustia, melancolía pero también amor, memoria, esperanza.

El amor/respeto que detenta por las palabras quizá sea herencia de su padre poeta y periodista y su sensibilidad/compromiso con las causas justas sea herencia de su madre, funcionaria en el Ministerio de Justicia y que ya jubilada se recibió de licenciada en Historia. Fue ella quien le compró su primera guitarra y la que lo llevó a un centro cultural a estudiar piano y solfeo. Más adelante, Ismael armó una banda, Delitos y faltas con unos amigos de Vallecas, el barrio obrero donde creció. Hacían versiones de cantautores a los que admiraban como Sabina, Serrat, Aute y el cubano Silvio Rodríguez… y Serrano de vez en cuando se animaba a meter alguna canción propia. En 1997 grabó su primer álbum Atrapados en azul, su canción “Papá cuéntame otra vez” le consiguió un disco de platino en España y una serie de conciertos en la Argentina. Desde entonces mantiene una relación de amor correspondido con nuestro país. Nota aquí.



Lichis

 


La Beriso

 

Joan Manuel Serrat

 Serrat conquista Nueva York en el arranque de su gira de despedida de los escenarios

El cantautor catalán repasa los principales títulos de sus 56 años de carrera en el primer concierto que ofrece tras la pandemia.

Bajo un frío invernal y entre cánticos, con Mediterráneo como himno convertido casi en salmo, un centenar largo de seguidores de Joan Manuel Serrat aguardaban en la calle a medianoche del miércoles su salida del teatro de Nueva York en el que dio inicio su gira internacional de despedida de los escenarios, que terminará en Barcelona el 23 de diciembre. En el interior del Beacon Theatre, un recinto centenario con casi 3.000 localidades de aforo —todas ocupadas; las entradas vendidas desde hace meses—, el cantautor, el poeta y juglar, el contador de historias y gran seductor de la palabra desgranó más de una veintena de canciones como resumen de su carrera, 56 años en activo, en la que “ningún concierto ha sido uno más, jamás [ha sido] una faena de aliño”, explicaba tras el recital.

Y a fe que el de anoche no lo fue, en absoluto. Tras más de dos años sin salir a un escenario (“desde la caída de Joaquín Sabina en el concierto de Madrid” en febrero de 2020, en vísperas de la pandemia), Serrat se resarció del confinamiento ante un auditorio entregado, hablante de todos los acentos de América. “Llevo dos o tres años sin cantar, me he convertido en un antiguo debutante”, dijo, arrancando las risas del público. América será protagonista de la mitad de la gira de despedida —de los escenarios, pero no de la música— del noi del Poble Sec, con platos fuertes como los cuatro conciertos que ofrecerá en Buenos Aires y para los que apenas si quedan entradas.

Igual que el de este 27 de abril (“festividad de la patrona de Cataluña, la Moreneta, y también fecha de la muerte de mi padre, hace 43 años”), un concierto en el que fue contando historias entre canción y canción, para intentar definir qué es exactamente eso, el material del que está hecha su carrera —su vida— y que ha puesto banda sonora a la existencia de millones de personas, a uno y otro lado del Atlántico. Ese propósito, explicar la magia de lo que lleva décadas haciendo, le permitió articular el concierto intercalando clásicos, como Algo personal y Para la libertad, este último en una versión apoteósica; Lucía, Señora, Hoy puede ser un gran día o las Nanas de la Cebolla, sobre el poema de Miguel Hernández, con tesoros algo menos populares, como el precioso Romance de Curro El Palmo, una copla triste como todas las coplas, eco directo de la educación sentimental de la posguerra que tanto reivindicara su amigo Vázquez Montalbán y que el propio Serrat mamó de sus mayores. Nota aquí.




Benditos Malditos

 


Joaquín Sabina

 Joaquín Sabina vuelve a cantar 800 noches después

El artista jiennense sorprendió a los fans con una interpretación de ‘Tan joven y tan viejo’ y ‘Peces de Ciudad’ en la sala Galileo de Madrid, después de más de dos años alejado del público.

Nadie lo vio venir. Tenía que ser una noche como muchas, animada por la música icónica de Joaquín Sabina en manos de los Benditos Malditos, los fieles músicos de cabecera que siempre acompañan al músico jiennense de gira. Pero los centenares de fans reunidos en la sala de conciertos Galileo Galilei de Madrid se llevaron una sorpresa que nunca olvidarán. Después de 800 largas noches de su última aparición en público, pasadas las diez de la noche y en la quinta canción, fue el mismo Sabina quién se subió al escenario. Lo hizo sobre las notas de Tan joven y tan viejo, saliendo desde una esquina. “Y así crecí volando y volé tan deprisa / que hasta mi propia sombra de vista me perdió”, fueron los primeros versos que volvió a cantar, después de más de dos años alejado de su público.

El público estalló de pie, móviles en mano para documentar la gran vuelta de uno de los mejores artistas españoles. Con voz firme e impecable se exhibió una segunda vez con la mítica Peces de ciudad. Al término de la canción, Sabina agradeció el público el apoyo demostrado a su banda a lo largo de los últimos dos años. “Me gustaría daros todas las gracias del mundo por haber hecho feliz durante la covid a toda esta gente”, dijo, con voz entrecortada. Enseguida abandonó la sala de conciertos en un taxi, el mismo con el que había llegado desde su casa en el centro de la capital y que lo había estado esperado en la calle durante todo el recital.

Una aparición breve, pero suficiente para animar a los centenares de seguidores que se quedaron cantando junto a los Benditos Malditos el repertorio del flaco de Úbeda. No faltaron a la cita su esposa, Jimena Coronado, y su familia, así como amigos del artista como el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska. Nota aquí.






Ismael Serrano

 


José Mercé, Mala Rodríguez &Tomatito

 

Juan Diego Botto

 Juan Diego, hijo de la resistencia

El actor Juan Diego Botto recuerda a su compañero de rodajes y 'líos', fallecido a los 79 años

Sentados en la minúscula habitación en la que esperábamos entre toma y toma durante el rodaje de Vete de mí, escuché cómo Juan Diego hablaba por teléfono con un productor que le debía dinero. Al colgar me contó que no perdonaba que un productor no le pagara, que no soportaba que alguien a quien le sobraba el dinero le dejara a deber. “Luego igual lo regalo. Igual cojo el dinero y se lo doy a un amigo. El dinero no me interesa, pero no puedo con la estafa y con el abuso de poder”.

Y eso habla de Juan Diego y de su forma de entender la vida. Siempre intentó que nadie de los de abajo fuera pisoteado por nadie de los de arriba. Quizá por eso supo entender tan bien y puso tanto mimo en la creación de uno de sus personajes más célebres, el Señorito de Los Santos Inocentes: un tipo que representaba a esa casta —que aún perdura hasta nuestros días— que cree que el Estado es suyo. Esa gente que entiende que el país es de su propiedad por derecho, que los demás estamos de prestado y deberíamos dar las gracias porque, al fin y al cabo, existimos para ser mandados. Su inquebrantable compromiso es para mí, aún hoy, un espejo en el que mirarme, un lugar al que llegar. Nota aquí.



Pancho Varona

 


Tute

 


jueves, abril 28, 2022

La Beriso & Néstor Ramljak

 

Juan Diego

 Muere el actor Juan Diego a los 79 años

El intérprete, que atravesaba problemas de salud en los últimos años, protagonizó películas y obras de teatro emblemáticas como ‘Los santos inocentes’

El actor Juan Diego Ruiz Moreno, conocido popularmente como Juan Diego, ha muerto este jueves a los 79 años, según han confirmado a EL PAÍS fuentes familiares. El intérprete, protagonista de títulos emblemáticos del cine español como Los santos inocentes, El séptimo día, Dragon Rapide, París-Tombuctú o You’re the one, así como también con una larga trayectoria en el teatro, arrastraba en los últimos años diversas dolencias. Hace unos días fue hospitalizado en la Clínica de la Zarzuela de Madrid, donde ha fallecido esta madrugada. Nacido en la localidad sevillana de Bormujos de Aljarafe en 1942, tuvo dos hijos, Adán y Diego.

Juan Diego empezó su carrera en el teatro, donde debutó en 1957. En sus primeros años participó en diversos programas de Televisión Española y numerosas producciones dramáticas de Estudio 1, lo que le dio popularidad. En esa época se implicó activamente en movimientos sindicales y antifranquistas. En 1984 fue elegido por el director Mario Camus para protagonizar la versión cinematográfica de Los santos inocentes, que supuso el gran salto en su carrera cinematográfica. Sus siguientes trabajos destacados en la gran pantalla serían El viaje a ninguna parte (1986), de Fernando Fernán Gómez; Dragon Rapide (1986), en la que encarnó a Franco; La noche oscura (1989) o El rey pasmado (1991), que le valió el Goya al mejor actor de reparto. En total ganó tres: otro de reparto por París-Tombuctú (1993) y otro más como protagonista de Vete de mí (2006), de Víctor García León. Nota aquí.



Pancho Varona


 

Paris Joel

 Cuando Ya No Esté

Cuando ya no esté seré un bosque talado,
Un escenario vacío,
Una cumbre enmudecida,
Un páramo tibio.
Quisiera ser un romance en un cantar de grillos,
La fuerza agraz de la fresa en primavera,
Del sauce sus perlas en equilibrio,
O un remanso de trinos al final de la siega.
Cuando ya no esté habitaré en las espadañas,
En los cortejos ceremoniales,
Y en la edad núbil y blanca.
Rodaré por las sabanas como un viento colmenero,
Y del horizonte te daré el color gualda,
El de la cinta de tu pelo.
Cuando ya no esté estaré bien
como antes de vivir lo vivido,
Seré la paz en la palabra,
Un corazón en el camino.



Iñigo Coppel

 


Tute


 

miércoles, abril 27, 2022

Karmelo C. Iribarren

“Yo quería ser el poeta ‘callejero’ que soy, pero mejor”

Poeta callejero entre versos de lija y seda y muchos bares, es hoy uno de los imprescindibles de nuestras letras. Publica 'El escenario' (Visor), un volumen que rezuma esperanza a pesar de su pandémica desolación.

Con una vida azacaneada (tras la muerte de su padre, “un buen tipo sin suerte”, a los siete años le metieron en una especie de orfelinato), Karmelo C. Iribarren (San Sebastián, 1959) comenzó a publicar sus primeros poemas en revistas y fanzines a finales de los 70, pero sólo en 1995 logró editar su primer libro, La condición urbana (Renacimiento). Tras publicar hace dos años su Poesía completa, ahora lanza El escenario, un libro traspasado por la tragedia de la Covid. “Sí —explica ahora a El Cultural—, escribí la mayoría de estos poemas durante la pandemia, y supongo que algo de esa realidad terrible con tintes apocalípticos se verá reflejado en ellos. No explícitamente, salvo en algún poema, pero sí en el tono, en el clima que se va creando conforme se avanza en la lectura”.

Sin embargo, sigue empeñado en lo suyo, en “contar la vida, lo que veo, lo que siento, lo que pienso… sin olvidar que la poesía, más aún esta que escribo yo, tan a ras de suelo, tan accesible, necesita algo más que la mera comunicación de una experiencia. En ese algo está el ‘arte’, supongo. Yo lo intento, cosa distinta es que lo consiga”.

Pregunta. Una de las constantes de su obra es su carácter casi biográfico: ¿a qué Karmelo Iribarren encontramos en El escenario?

Respuesta. Al de siempre pero un poco más viejo y un poco más descreído. Pese a ello, sigo siendo un vitalista elegíaco, si tal cosa es posible. El mundo es un disparate pero a mí me gusta tomar cafés en los bares viendo pasar la vida. Esa pequeña paradoja o contradicción está muy presente en mis poemas, aunque no se haga notar.

“Mi mala relación con la esperanza es muy anterior a la pandemia, se remonta a mi niñez. Tuve que aprender muy pronto que no podía fiarme de ella, pero en este libro aparece más que nunca”. Nota aquí.



Dani Flaco


 

C.Tangana

 C. Tangana impresiona en el Sant Jordi con un deslumbrante espectáculo

El artista madrileño triunfa en Barcelona con su soberbia apuesta latina

Traje años 50, solapas anchas, cruzado. Foulard. Gafas de sol. Collar de cuentas, anillo de mafioso que quiere brillar y camiseta imperio. Sí, como un amo, como el puto amo que diría Guardiola. C Tangana confirmando este sábado por la noche en un Sant Jordi lleno lo que mostró con su disco y los clips que lo acompañaron: El madrileño es una obra que piensa en el mercado internacional, que nace del orgullo de reconocer como propia la música que se creía desdeñada por pertenecer a los abuelos y que fundamenta en la colaboración con otros artistas una ampliación del margen de juego que borra sus límites.

Todo esto puesto en escena de una manera formidable, convirtiendo el escenario en un Tropicana –parte delantera- y en una bodeguilla flamenca con gran mesa para juerga –parte posterior- Un espectáculo soberbio y familiar que obedece a la concreción de un criterio, de un concepto, de una idea que habla de los horizontes que la música latina está ampliando en todo el mundo.

El escenario lleno de músicos. Pareció que alguien se había inspirado en el “que no falte de ná”, idea socorrida cuando lo único que hay es dinero. Pero no, no sobró de ná porque todo tuvo un sentido. Sección de metal con tuba tipo suosafón que acompañó a Tangana en la punta del provocador (lengua de escenario que entra en platea) a las primeras de cambio; cuerda, coros, percusiones, banda convencional y una ristra de invitados que no fueron tratados como apariciones puntuales a las que abrazar, sino como partícipes, a menudo sin presentación, caso de Rita Payés, que formaban parte de la juerga. Entre ellos, y con papel destacado, El Niño de Elche apuntalando el quejío que nacía del mismo tiesto que los boleros, bachatas, rumbas, música cofrade, son o bossa que sonaron a lo largo de una noche para mayor gloria de la música latina. Nota aquí.



Víctor Lemes


 

Charly García

 

Montoto

 


Tute

 


martes, abril 26, 2022

Carlos Chaouen

 


Luis Carrillo

 


La Bodeguita del Medio

 Julio Hernández nos cuenta por Facebook.

Hoy, hace 80 años, se funda «La Bodeguita del Medio», uno de los restaurantes históricos más icónicos, y uno de los grandes lugares turísticos de la Ciudad de La Habana.
El origen del nombre es curioso. En Cuba, las bodegas, fondas y pequeños restaurantes , se encontrarán en las esquinas, donde eran más vistosos. Este local era una antigua bodega que se encontraba en mitad de una calle. En 1942 Ángel Martínez compra la bodega «La Complaciente», en la calle Empedrado 207, de La Habana Vieja , y la convierte en «Casa Martínez», donde se vendían productos típicos y se daban algunas comidas. Ese local sería el embrión de la actual Bodeguita.
En su fama concurrieron diversos factores. La ubicación de las sedes ministeriales, que en esquís momento se hallaban muchas en La Habana Vieja, hizo que hubiera demanda de establecimientos de comidas, y aunque, inicialmente, la Casa Martínez no las servía, acabó por hacerlo. Ir otra parte, Félix Ayón, director de una editora habanera, alquiló un local aledaño, para sede de su imprenta y vivienda, al lado de Casa Martínez, y comienza a surtir o asistir allí con sus clientes y amigos. Las comidas; cuyo menú era la típica comida criolla cubana, tuvieron éxito, y empezaron a acudir personajes tan relevantes como Gabriela Mistral, Agustín Lara, Pablo Neruda, Ernest Hemingway, Nicolás Guillén, y Carlos Mastronardi. En 1948, el establecimiento dio paso a la actual Bodeguita del Medio. Pero el hecho que terminó por engrandecer al local fue que en 1949 entrara como cocinera Silvia Torres, "La China", que convertiría, con su arte de cocinar, el negocio en un éxito. El 26 de abril de 1950 se inauguró oficialmente la Bodeguita del Medio.
Por «La Bodeguita del Medio» han pasado numerosos visitantes, desde escritores a políticos. Muchos de ellos, dejaron su huella en el local mediante algún recuerdo, fotos, objetos o grafitis en sus paredes, como las firmas del ex presidente Salvador Allende, el actor Errol Flynn. El local es más conocido, además de por la comida, por elaborar los «mojitos cubanos», uno de los cócteles preferidos del escritor Ernest Hemingway, del que dicen dejo escrito: «My mojito in La Bodeguita, My daiquiri in El Floridita»en un mantel que se exhibe en una de sus paredes. Se trata de un texto apócrifo y de una leyenda, ya que el escritor no era habitual de la Bodeguita
Después de 1959 la Bodeguita del Medio fue cerrada en medio de una ofensiva revolucionaria, en una decisión bastante errónea e incomprensiblemente, y sus paredes pintadas, perdiéndose las firmas originales que las personas habían estampado en sus paredes. También se perdieron algunas de las fotografías que allí colgaban. Gracias a las gestiones del entonces senador y más tarde presidente de Chile, Salvador Allende, se reabrió el local.
En septiembre de 1997, el mercenario salvadoreño Ernesto Cruz, hizo estallar una bomba en La Bodeguita, dentro de una oleada radical de atentados contra locales turísticos, causando docenas de personas heridas.



Rodolfo Serrano

 Una tarde

En un lugar lejano
-pongamos que en Madrid, sin ir más lejos-,
una mujer descansa.
La calle, sombra y ruido,
es territorio hostil a los amantes.
La noche va cayendo,
lentamente.
Yo te miro dormir. Y pienso en nada.
La casa está en silencio.
Leo a Pedro Andreu y su cherokee.
Es ya la poesía
mi único descanso. Los amigos
llaman de tarde en tarde.
Me preguntan
por mi mala salud y mis asuntos.
No son buenos mis días.
Sin embargo,
me empeño en sonreír ante el desastre.
Me adormezco y recuerdo,
ya muy lejos,
esa ardiente pasión del amor fiero.
Mas la vida
tiene ahora un sabor fuerte y profundo,
tal vez un poco agraz
pero magnífico.
Dejo pasar las horas.
Sé que ahí fuera
alguien pensará en mí, quizás recuerde
una noche de amor
o, simplemente,
una charla en un bar
o la ternura
que queda siempre perdida en los moteles.
Y quizás aún le llegue, suave y dulce,
la palabra, algún verso
encontrado, de pronto, entre las hojas
de aquel libro que tú le regalaste.
Incluso es muy posible
que una cierta sonrisa le dibuje
los labios. Y recuerde.
Florece la celinda.
Está todo ya en orden. El futuro
es un árbol enhiesto que resiste
cada golpe feroz que da la vida.
En sus ramas
los pájaros se duermen
y yo escribo
estos versos que buscan la esperanza.
Foto de Raul Cancio.



Salvador Amor & Caro Bermúdez

 

Javier Ruibal

 


Sabina & Leiva

 

Iván Noble

 Iván Noble, íntimo: el disco que escribió en pandemia, el vínculo con su hijo y el motivo por el que no escucha sus canciones

A solas con Teleshow, el músico repasa su carrera, su vida y adelanta su show del 29 de abril en el teatro Broadway: “Estaremos ahí con canciones de anteayer, ayer, hoy y siempre, como dicen los tangueros”

“Tocar en la calle Corrientes siempre es hermoso, el teatro Broadway es lindísimo e histórico. Y en esta época, después de pasar imagino lo peor de esta pesadilla, poder volver a cantar mirando a los ojos a la gente, es impagable. Suena naif pero volver a hacer tu oficio como corresponde, y no frente a una pantalla, lo necesitamos mucho. Estaremos ahí con canciones de anteayer, ayer, hoy y siempre, como dicen los tangueros”, adelanta Iván Noble entusiasmado sobre el que será su primer show presencial y sin aforo, el viernes 29 de abril. La excusa: presentar su nuevo disco El arte de comer sin ser comido; la promesa: tocar los éxitos de sus tres décadas de carrera, tanto de su época solita como de sus comienzos al frente de Caballeros de la Quema, la banda que formó a comienzos de la década del 90 y que, cada tanto, se vuelve a juntar para algún concierto. “Lo del disco es una coartada”, advierte.

A solas con Teleshow y en una entrevista íntima, el músico de 54 años habla del proceso creativo que lo llevó a crear un disco íntegramente en pandemia, de sus canciones preferidas, de aquel pibe que salió pujante de sueños del oeste del conurbano y logró todo aquello que buscaba. La relación musical que conforma con su hijo Benito y la construcción familiar que en esta etapa de su vida elige hacer. Pasado y presente de un referente del rock nacional que conmueve con sus baladas y forma parte de la banda de sonido de amores y desamores de muchos argentinos. Nota aquí.



Jorge Luis Borges

 La lluvia

Bruscamente la tarde se ha aclarado
Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado.

Quien la oye caer ha recobrado
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa
Y el curioso color del colorado.

Esta lluvia que ciega los cristales
Alegrará en perdidos arrabales
Las negras uvas de una parra en cierto

Patio que ya no existe. La mojada
Tarde me trae la voz, la voz deseada,
De mi padre que vuelve y que no ha muerto.



El Roto

 


lunes, abril 25, 2022

Amelita Baltar

 

Mara Barros

 Mara nos cuenta por Facebook.

Lo que vivimos el sábado pasado fue increíble…
Estoy segura de que el 22 de Abril de 2022 pasará a la historia!
No sé bien si formará parte de la historia de la música o de la humanidad pero sí que formará parte de la historia vital de todos los que estuvimos esa noche en la @salagalileo.
Mi familia y mis amigos saben lo mucho que resalto siempre la generosidad del jefe pero lo del sábado fue un sueño.
Días antes la Jime nos convocaba para un ensayo en su casa y yo acudía algo incrédula y muy emocionada a comprobar que a Joaquín, voluntaria y generosamente, le apetecía venir a disfrutar con nosotros.
Reconozco que hasta que no le vi sentado en el camerino no me lo creí…
El resto ya lo sabéis, los presentes y los que no pudieron estar, emoción, felicidad, llanto y complicidad.
Reencontrarme sobre el escenario con un jefe que cantó como nunca, en forma y con ganas, disfrutando de las distancias cortas de una sala de conciertos y sonriendo a cada par de ojos que se le cruzaban ha sido muy emotivo y difícil, aún, de digerir.
Gracias, Joaquín, por el regalo que nos hiciste a músicos, staff, sala y publico.
Gracias, @jimecoro y @lenadm por hacerlo fácil y posible. Gracias @jorgecotallo por estar para todo, soporte emocional y físico.
Gracias a Rafa y Juanito por estar y ser.
Gracias a todos mis benditos, @jaimeasuaire, @perezonio, @paco_beneyto, @laura_gomezpalma y @doblemalta_ por ser familia.
(Faltaste tú, @jftraining)
Gracias @keru_sanchez, ya sabes por qué.
Gracias, @priscilla.koker (@kokeroficial) por vestirme para la ocasión y ser cómplice del momento.
Y gracias a la vida que me ha dado tanto…
Foto1: @jimecoro
Foto2: @jm.photofilm
@labandasabinera





Claudio H

 


Jorge Drexler

 

Juan Carlos Baglietto

 Emotiva evocación del disco "Tiempos difíciles", de Juan Carlos Baglietto

A cuatro décadas de la publicación de Tiempos difíciles, disco que corporizó un singular movimiento estético brotado de un grupo de jóvenes de Rosario, varios de aquellos –encabezados por Juan Carlos Baglietto quien fuera la voz y la firma de aquel álbum- lo celebraron junto a un público exultante que colmó el primero de dos recitales en el porteño Teatro Ópera.

Reunidos ahora formalmente en sexteto bajo el nombre de La Trova Rosarina, un apelativo popular desde entonces pero que por años pareció ser una carga o un estigma para quienes habían sido parte, el festejo puso en escena con un resonante espectáculo el peso de una obra que sigue expandiéndose e influenciando más allá del aniversario.

“Que ustedes sigan respondiendo de esta manera, en parte será mérito, pero en parte es también complicidad”, resumió sabiamente Baglietto hacia el final de un show de poco más de dos horas de duración donde se desplegó el grupo conformado a inicios de 2019 y que completan Silvina Garré, Jorge Fandermole, Adrián Abonizio, Rubén Goldín y Fabián Gallardo.

Aunque sobre esa confabulación gozosa, pública y vigente queda flotando la pregunta en torno a las formas de abordarla: si abrevando en su original e inédita mistura entre la canción y elementos de rock, folclore y tango (“La Trova fue mezcla, fusión, tránsito. Lo que no había. La trova fue también el grito. Y el grito de cansancio”, en palabras del fallecido Gerardo Rozín estampadas en el programa virtual de esta reunión) o empatando esos matices en una propuesta rítmica y pop. Nota aquí.



Ismael Serrano

 


Lena Carrilero

Raúl Soldi

 SOLDI AL COLÓN

El artista plástico Raúl Soldi pintando la cúpula del Teatro Colón, 1965.



Tute


 

domingo, abril 24, 2022

Carlos Chaouen & Alfredo García

 

Rozalén

 La cercanía, la calidez y la música comprometida de Rozalén triunfan en el Auditorio de Jameos del Agua.

Prometía ser un concierto inolvidable. Y lo cierto es que así fue para quienes tuvieron la suerte de disfrutar de la cercanía, la calidez y la música comprometida y reivindicativa de Rozalén. La cantante albaceteña triunfó con un concierto “de primerísimo nivel, a la altura de los escogidos”, con el que conquistó a un público que llenó la totalidad del aforo del tubo volcánico transformado por César Manrique.

Sobre las mágicas tablas del Auditorio Jameos del Agua, Rozalén exhibió el carácter, la magia, la voz, las letras comprometidas y el lenguaje directo y cautivador que le han convertido en uno de los grandes fenómenos del panorama musical nacional.

Acompañada por una intérprete del lenguaje de signos, la albaceteña hizo un repaso por sus grandes éxitos y presentó en sociedad los principales temas de su último trabajo, ‘El Árbol y el bosque’, un disco lleno de simbolismo en el que la cantautora descubre al público su cosmos emocional en temas como ‘Este tren’, ‘El día que yo me muera’, ‘Loba’, ‘La Línea’, y cantos feministas como ‘El paso del tiempo’ y ‘Que no, que no’, premiado con el Goya a 'Mejor Canción Original’. Nota aquí.