lunes, marzo 03, 2025

Paris Joel

 En el Bar de las Curvas

En el bar de las curvas de vértigo abisal
Está, solitario, un hombre en la barra
Gastándose en cubalibres el salario de su escoliosis prematura
Bebiendose las ganas de articular palabras como:
- Qué linda viste hoy!
- En el blanco de tus ojos durmió esta noche la luna, y si buscas un astrónomo, aquí estoy yo. -
Sueña con que, algún día, tendrá una novia bella y voluptuosa como la camarera de escote afilado y distancia Siberiana.
Ella, después de tres divorcios, cuatro hijas, y un ex novio maltratador,
Solo desea que la noche pase pronto, que el parroquiano llene cuanto antes la alcancía,
E irse al galope redoblando con sus tacones la calle empedrada,
Después, ya en casa, la carne liberada buscará una almohada como antídoto y, hasta mañana.
El hombre le pediría matrimonio allí mismo
Con la bendición del Fra Angélico y los Cien Pipers entonando la marcha del antiguo Reino de Galicia,
no deja de mirarla,
A él le parece la mujer más bella del mundo,
Le lanza miradas como ganchos, directos, y la acorrala en una esquina de la cual ya no se mueve.
No sabe que hacer, el alcohol busca un pase pernocta en el hígado y sus monosílabos se derrumban como el dominó hasta el tapete del silencio.
Ella le sirve otra copa con el ritual de una amante pagada,
No le dirige palabra,
Él sería feliz con una novia así,
Él sería feliz con cualquier novia,
Con cualquier mujer...
Ella también lo sabe,
Le cobra las bebidas,
Y él, por fin, se va.
En el bar de las curvas de vértigo abisal
Hay muchas noches así.
No tardará en cerrar.



José Manuel Caballero Bonald

 Ceniza son mis labios

En su oscuro principio, desde
su alucinante estirpe, cifra inicial de Dios,
alguien, el hombre, espera.
Turbador sueño yergue
su noticia opresora ante la nada
original de la que el ser es hecho, ante
su herencia de combate, dando vida
a secretos cegados,
a recónditos signos que aún callaban
y pugnan ya desde un recuerdo hondísimo
para emerger hacia canciones,
puro dolor atónito de un labio, el elegido
que en cenizas transforma
la interior llama viva del humano.
Quizá solo para luchar acecha,
permanece dormido o silencioso
llorando, besando el terso párpado rosa,
el pecho triste de la muchacha amada;
quizá solo aguarda combatir
contra esa mansa lágrima que es letra del amor,
contra
aquella luz aniquiladora
que dentro de él ya duele con su nombre: belleza...



Juan Pablo Murgia

 Premiado por Decanter: el enólogo argentino que logró “domar” uno de los viñedos más extremos del mundo

Mendocino de familia asociada al vino, acaba de ser distinguido por la prestigiosa publicación gracias a su trabajo en terruños extremos.

Pocos enólogos tienen la oportunidad de ser pioneros en nuevas regiones, y menos aún en terroirs extremos en los que los manuales de texto resultan inútiles. Quizás ninguno llegue a ver que sus esfuerzos innovadores den lugar a vinos de clase mundial en menos de una década. Sin embargo, todo esto aplica a Juan Pablo Murgia”. Con esas palabras, la prestigiosa revista Decanter justificó la distinción “One to Watch” que destaca a aquellos enólogos jóvenes de perfil innovador, que este año recayó en manos de este mendocino de 41 años que divide su tiempo haciendo vino en su provincia natal y en la frontera de la vitivinicultura argentina: Sarmiento, en el extremo sur de Chubut.

“Este lugar hay que domarlo”, dice Murgia que pensó en su primera visita a la estepa patagónica donde hoy se encuentra plantado el viñedo Otronia. Allí, el clima es el más hostil que haya enfrentado jamás un enólogo: temperaturas que llegan hasta los menos 20° y vientos que puede soplar a 100 kilómetros por hora durante todo el día. “Hoy, en pleno febrero, hubo helada en Sarmiento”, agrega el gerente enológico de Avinea, grupo de bodegas de Alejandro Bulgheroni entre las que se cuentan Argento en Mendoza y Otronia en Chubut.

Lo que sorprende –y que destaca Decanter– es que en menos de 15 años desde que Murgia plantó las 52 hectáreas de Otronia, sus vinos se hicieron un lugar en las preferencias de la crítica especializada, obteniendo altísimos puntajes y premios de todo tipo. Al mismo tiempo, este enólogo también se destaca por su trabajo en el marco del proyecto Matrizviva, que realiza estudios en materia de agroecología. Fruto de esa investigación este año nacerá una nueva bodega mendocina –Viña Artesano–, cuyos vinos toman como nombres las flores y hierbas que Murgia planta entre las vides para regenerar los suelos y el ecosistema de los viñedos.

–¿Tu familia está vinculada al mundo del vino?

–Todas las familias mendocinas de principios del siglo pasado tienen algún vínculo con la viticultura, en mi caso, del lado de mi padre. Mi abuelo era viticultor y bodeguero. Tuvo una bodeguita, pero nunca hubo desarrollo de marca. Mi padre estudió para ser contador y se dedica a eso, pero también es viticultor. Desde que yo era chico tiene una finca en Luján de Cuyo, donde produce Malbec.

–¿Qué recuerdos asociados a esa finca tenés?

–Me acuerdo hasta de la plantación del viñedo. Había un parral de uvas Moscatel rosado, que ya era viejo cuando yo tenía cinco o seis años y que mi padre injertó con Cabernet Sauvignon. Después empezó con la plantación de Malbec. Pero los recuerdos son más del campo, de los caballos y la chacra, donde plantábamos de todo. La finca tiene un casco histórico muy bonito, donde pasamos veranos enteros. Creo que mi cariño por el campo viene de ahí.Nota aquí.









Félix Maraña

 Tolosa Carnaval

(En recuerdo de Antton Elósegui,
tolosarra de primera fila).
Creo, si no me confundo,
que como este de Tolosa
carnaval de rima y prosa,
no hay carnaval en el mundo.
El pueblo vibra rotundo
y exorciza los demonios,
baile, danza, testimonios
de un folklore singular.
Juan Garmendia, otro juglar,
lo contó en cientos de folios.
Gorriti, con sus armonios,
Gorrotxategi, al confite,
Tolosa muda y repite
y prolonga los insomnios.
Máscaras, momias y momios,
y en Elósegui, txapela,
chilabas de lino y tela,
y pecados pasajeros.
Locales y forasteros
se mezclan en parentela.



Juan Margallo

 Muere Juan Margallo a los 84 años, referente del teatro independiente en España

Puntal de la escena que agitó los últimos años del franquismo, el actor y director fue reconocido con el Premio Nacional de Teatro en 2022 junto a su pareja, Petra Martínez.

El actor y director Juan Margallo ha muerto en su casa de Madrid este domingo a los 84 años, según ha confirmado la familia a EL PAÍS. El intérprete, todavía activo, se sometió a una operación de cadera el pasado lunes tras sufrir una caída. Puntal fundamental del teatro independiente que agitó los últimos años del franquismo y también en los primeros años de la democracia junto a su pareja, la actriz Petra Martínez, formó parte de grupos emblemáticos en los sesenta y setenta como Tábano, El Búho o El Gayo Vallecano, hasta fundar con Martínez a mediados de los ochenta la compañía Uroc, con la que han montado obras de autores como Dario Fo, Roberto Athayde, Jorge Márquez o el propio Margallo. En 2022 ambos fueron distinguidos con el Premio Nacional de Teatro.

Juan Margallo entró a estudiar en 1960 en la Escuela de Arte Dramático y poco después ya estaba trabajando con José Luis Alonso, José Tamayo y Luis Escobar, los grandes directores de entonces. En esa época también se dejaba caer por el teatro Estudio de Madrid, que capitaneaban William Layton y Miguel Narros, donde conoció y se enamoró de Petra Martínez. Se hicieron novios, se casaron en 1968 y tienen dos hijos que han seguido su estela: Olga es directora y Juan compone música y es especialista en iluminación y sonido.

Además, Margallo dirigió las seis primeras ediciones del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz (1986-1992) y ha intervenido en películas como Los flamencos (1966), El espíritu de la colmena (1973), El aire de un crimen (1988), Chevrolet (1997), El invierno de las anjanas (2000), Al sur de Granada (2002), Campeones (2018), Cerrar los ojos (2023) y Campeonex (2023). Por Campeones fue candidato al premio al mejor actor secundario en los Goya de 2019. Nota aquí.



domingo, marzo 02, 2025

Rodolfo Serrano

 Nuestro tango

Suena leve un tango. Llueve lento.
Goyeneche. Garúa, de Cadícamo.
La música de Troilo se derrama,
como un vaso de sueños por la casa.
Estas noches de frío y soledades.
El corazón perdido en otros días
lejanos, ya lejanos. Tu recuerdo
es un gato dormido en la memoria.
Y yo, en medio de todo, como un ángel
que ha perdido sus alas en tus brazos.
Que se viste de olvido en la penumbra
y escribe su pasado con tu nombre.
Me muero por la vida. Ya no espero
que suba la marea, no persigo
sirenas y naufragios, ni siquiera
bocanadas de amor frente a la noche.
Ahora espero escuchando viejos tangos.
Sin brújula ni norte. Tal vez sea
la Cruz del Sur el último refugio,
muy lejos, imposible. Y añoranza.
(Que la nostalgia venza a la certeza,
la verdad que no oculta el calendario).
Foto de Raul Cancio.



Bob Dylan

 Luis nos cuenta por Facebook.

Bob Dylan en el Festival de Newport de 1965 llamando a las puertas de la electricidad. Ese momento cumbre de la historia de la música pop en el que el mesías Dylan traiciona al folk, pero no a sí mismo, y se convierte en Judas, like a rolling stone, en busca de su libertad creadora y personal, por encima de dogmas, credos y caminos marcados. De eso trata A complete unknown, de ese viaje de Dylan de Woody Guthrie a su propia manera de entender la música. Como seguidor apasionado del señor Zimmerman la película de James Mangold me emociona y me concierne y vuelvo emocionado tras verla en pantalla grande -como debe verse el cine mientras nos dejen- a The freeweelin Bob Dylan, a la biografía de Howard Sounes, a las memorias de Suze Rotolo, a Dylan antes de Dylan, entre el Greenwich Village y Joan Báez, tormentosa relación. En A complete unknown Timothée Chalamet es la reencarnación perfecta del Dylan veinteañero que se cruza con Pete Seeger -excelente Edward Norton- y con Johnny Cash al que Mangold dedicó otra película. Cuando vemos en A complete unknown a Dylan motorizado cuál angel del infierno, cabello al viento, nos damos cuenta que en esa imagen está esa metáfora de la libertad que fue siempre Dylan, buscándose a sí mismo en tantas etapas de su carrera, en reinvención constante y siguiendo sus impulsos en busca de su verdad, la que llevó al misterioso juglar de Duluth al mismísimo Nobel de literatura. La película se basa en Dylan goes electric, el libro de Elijah Wald que falta en mi copiosa biblioteca dylaniana.



Maggie Cullen

 Maggie nos cuenta por Facebook.

El sábado a la noche cumplí un sueño. Esta increible compositora y enorme referente de nuestra música argentina y popular @teresaparodiok , esta artista a quien tanto admiro y a quien escucho desde que nací me invitó a compartir con ella en su concierto. Y con su banda espectacular!
Querida Teresa, nunca me voy a olvidar de esto y te agradezco tus palabras, arriba y abajo del escenario, tu abrazo cariñoso y el lugar que me estás dando.
Que honor y que regalo tan grande aprender de vos.
Soy muy afortunada!







Ismael Serrano

 Estadio Movistar Arena, Madrid.

Llevo días asimilando lo sucedido en Madrid, de los conciertos más intensos que he vivido, gracias Ismael
( una vez más ), fue una gran “ Noche Serraniana “, nos vemos en Baires.
La pucha valió la pena cruzar el charco.














sábado, marzo 01, 2025

Luis Salinas

 "Mis mejores maestros fueron los discos"

El guitarrista y cantante habló en la 750 sobre su nuevo trabajo. "Mi vieja decía que yo no tenía que decir cuándo aprendí a tocar. Vino conmigo", recordó.

“Lo primero que toqué fue chamamé, pero mis mejores maestros fueron los discos”, contó este viernes en la 750 el guitarrista y cantante Luis Salinas, que por estos días presenta su nuevo trabajo, Hay que seguir. (Corrientes 1659).

El próximo 14 de marzo, en el teatro Alvear, Salinas presentará en vivo los cinco álbumes que integran su nueva obra discográfica, una propuesta integral que resume su camino musical, su presente y su futuro.

“Aprendí a tocar sobre los discos. Y, por la timidez, no me daba para pedir que me pasen cosas, así que miraba y trataba de sacar en mi casa", recordó el artista, entrevistado por Víctor Hugo Morales.

Reconocido por su versatilidad y por haber compartido escenarios con músicos de diversos géneros, como BB King, Tomatito y Chucho Valdés, entre muchos otros, para Salinas ser autodidacta nunca fue un impedimento.

Al ser consultado por su origen musical, sin embargo, el guitarrista elige el misterio: "Mi vieja decía que yo no tenía que decir cuándo aprendí a tocar. Vino conmigo. Cuando era chiquito, tiraba todos los juguetes y solo guardaba la guitarra a un costado", expresó.

Pero también ahí, en la memoria, aparece el recuerdo de su padre, que tenía una relación particular con el arte: “Me acuerdo de una frase de mi viejo que decía: Yo no sé si soy bueno, pero que soy músico, soy músico".

Y esta pasión trascendió las generaciones: “Tengo dos hijos músicos. Juan toca la guitarra y canta. Y mi hija, Rita, es actriz y canta. Pero es una niña de hoy. Me dijo que va a cantar cuando ella lo sienta, y es tímida. Como que no la joda”.

“Pero cuando iba a grabar el disco, me preguntó si podía cantar, y canta en cuatro temas. Así que es un honor tenerlos a los dos”, contó Salinas, sobre su nuevo disco tiene una parte dedicada a los salinas. Nota aquí.



Ernesto Cardenal

 Cien años de Ernesto Cardenal, el religioso que buscó la revolución en la poesía

El poeta, que no dudó en mezclar cristianismo con marxismo o literatura con ciencia, fue el rostro moral del movimiento sandinista en Nicaragua, del que renegó cuando detectó derivas autoritarias. Su gran obra fue acercar la cultura a la gente común.

.El archipiélago de Solentiname es un conjunto de 36 islas e islotes de origen volcánico perdidos en el extremo sureste de un enorme lago que parece un mar pequeño, el Gran Lago de Nicaragua. En sus aguas nadan tiburones de agua dulce y peces sierra, en sus tierras surge el bosque tropical, poblado de iguanas y venados. “No era conocido por nadie”, escribió Ernesto Cardenal, “nadie, fuera de sus habitantes, llegaba a este sitio”. Después de abandonar un monasterio trapense en Estados Unidos, tras dos años y medio de noviciado, Cardenal, inspirado por su mentor, el monje Thomas Merton, pensó que este era el lugar idóneo para fundar una comunidad contemplativa. Un sitio tan remoto que, la misma semana en la que el poeta llegó, una radio de Managua daba premios a quien supiese ubicar correctamente las islas. 2025 es el centenario del nacimiento de Cardenal, que se celebra con nuevas ediciones de su obra y diversos actos a lo largo de todo el año.

Siendo exactos, Cardenal no logró su objetivo de fundar una comunidad contemplativa: en los 12 años y medio que permaneció allí, desde 1965, no recibió ni una vocación de este tipo. Pero hizo historia de otras maneras: allí llegaron gentes heterogéneas, con motivos religiosos o no, que comenzaron una vida en común y en comunidad de bienes. “La única regla es que no había reglas”, dice Óscar de Baltodano, director general de la Fundación Ernesto Cardenal. No había nada planeado, más allá del cristianismo revolucionario.

A un campesino se le daba bien pintar, así que empezaron a pintar, y así se hizo famosa la pintura primitiva de Solentiname. Un niño vio las esculturas que Cardenal labraba en madera, y empezó a imitarle, y luego lo hicieron otros, y así se hizo famosa la artesanía de Solentiname. Mejor que dar el sermón en misa, se comentaban las escrituras, y así nació El Evangelio de Solentiname, un libro que también se hizo famoso. Los campesinos se pusieron a hacer talleres de poesía, y así nació la poesía campesina de Solentiname, que acabo siendo comentada en The New York Times. Y así. Curiosamente, Cardenal no era de natural sociable. “Quizás debido a su timidez, no era un hombre de buen carácter, podía ser cortante”, dice Sergio Ramírez, premio Cervantes, que lo trató abundantemente. “Vivía en su propio mundo, el mundo de la meditación, siempre muy solitario”..Nota aquí.



Pedro Pastor

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XIX Carnaval de las Artes de Barranquilla - Antesala soñada de una gira de lujo.
Cuando todo estaba listo para el tour, con los billetes sacados desde hace meses, recibí una llamada con una invitación para participar en el carnaval de Barranquilla.
No lo dudé, aunque trastocaba todos los planes, no podía negarme a semejante privilegio. Lo acompañaba un pensamiento, de todo el mundo, me han llamado a mí para ser el invitado internacional.
Adelanté, de súbito, dos semanas mi partida y me planté en Barranquilla con toda la intención pero la noche que vivimos superó cualquier expectativa.
Antecedido por dos de los máximos exponentes actuales de la música del Caribe: Tonada y Gaiterxs de Pueblo Santo, salí al escenario asustado, nervioso como creo que en mi vida, porque lo mío era una conversación con la reina @martha.herrera.h y un concierto acústico, nada importó.
Lxs asistentes le bajaron la marcha y escucharon con atención e inteligencia y después abrazaron como propio el repertorio que les brindamos.
El sentimiento de intrusismo me duró muy poco, me hicieron sentir uno más, local en Colombia, nunca voy a terminar por acostumbrarme pero esto es una realidad.
El mayor regalo, sin duda, fue contar con las manos de @eltamboreroembrujao y con la gaita de @marlonperoza para no dejarme solo en esta difícil pero hermosísima empresa.
Ahora, seguir gozando del carnaval y descansar unos días en el Caribe, porque la gira que se viene es de las grandes.
Seguimos aprendiendo y escribiendo nuestra historia de este lado del mundo.
Viva el Carnaval, Barranquilla, la cumbia, el bullerengue y Colombia entera.
Gracias, siempre @carnavalartes y @fundlacueva