Apasionado, comprador, simpático. Pero también oscuro, torturado, inquieto. Esa rara combinación es Ricardo Darín. Un tipo con la amabilidad y la sonrisa siempre disponibles, sí, pero también uno con hernias de disco, una rodilla rota y que, admite, tiene una visión bastante pesimista de las cosas. Leer nota.
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