El fantasma de Islero.
El diestro de Galapagar, herido grave tras ser corneado por su primer toro en Linares.
Antes incluso de abandonar la plaza tuvo tiempo de devolverle un gesto de complicidad a su amigo Joaquín Sabina, a quien le había brindado la muerte del toro. "Por darnos la vida con lo que escribes", le espetó José Tomás. "Es pura poesía toreando", replicó después el cantautor de Úbeda. A Sabina y José Tomás les une su pasión por Manolete.
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