Se ganó de nuevo a los ticos.
Una guitarra, una silla, una mesa y la luz blanca de tan solo tres reflectores fueron más que suficientes para que el viernes el trovador mexicano Alejandro Filio dejara satisfechos a los ticos que fueron a verlo al Auditorio Nacional, en el Museo de los Niños. Leer nota. Visita su web.
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