En Concepción del Uruguay, sí, justo allí donde fui concebido. Mis padres eligieron bien el lugar para el amor. Pues allí tuve la enorme satisfacción plena de alegría de inaugurar con la palabra –en la tarde del sábado pasado– el monumento al querido Rodolfo Walsh. Asesinado también por los fusiles oficiales. Rodolfo Walsh, el mejor de nuestra generación. Un verdadero Hijo del Pueblo. Leer nota.
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