"La enfermedad es lo mejor que me ha pasado".
La cita es en un restaurante mexicano que acaba de abrir. "Me gusta mucho ese país y su comida", se justifica. A las puertas del local, el fotógrafo la retrata. Mientras posa, una mujer con el pelo corto, muy corto, como ella, se para, le sonríe y dice: "Yo también soy de las suyas". Leer nota.
Impresionante fortaleza de espíritu la de esta mujer, que hace que la admire todavía un poco más.
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