En pos de la canción perfecta.
Calamaro abrió fuego con una intro a capella de El salmón, que subió de pulsaciones con el ímpetu rockero que le dieron sus guitarrazos. Pero enseguida dejó que la banda siguiera tocando y él, micrófono en mano, se dedicó a caminar el escenario con la estampa de su más reciente encarnación: El Cantante. Leer nota.
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