
Mientras en una parte del mundo se celebraban las fiestas, en otros lugares se mataban seres humanos. Así se despidió el año 2008, así llegó el 2009. Civilización, o no, y barbarie. Pan dulce y bombas. El cinismo no conoce fronteras. Se mata y ya está. Por seguridad. Por los derechos de unos sobre otros. Recibimos el Año Nuevo con cuatrocientos muertos debajo del colchón, cien de ellos niños. Y cerca de dos mil heridos. La Franja de Gaza. Leer nota.
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