«Sigo esperando a que aparezca la canción perfecta con la que sueño».
Sexo y amor. Toros y tabaco. Dios y muerte. Ser y estar. Ética y estética. Algunas muletas de la «disciplinada indisciplina» por las que discurren medio siglo de pintura, libros y cuarenta años de canciones de Luis Eduardo Aute. Si en algo es el 'último de Filipinas' (Manila, 1943) es en su obsesión por orillar modas y rutinas y seguir buscando la perfección sobre un óleo, un acorde de guitarra o unas letras. Leer nota.
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