Antonio nos cuenta en su blog.
Se sube al escenario, afina las cuerdas y sonríe… Sus ojos profundos miran a la primera y segunda fila, donde abunda lo femenino y amigos que hemos decidido admirarle hasta el infinito. Y entonces refulgen las canciones, que como se rodean con tanto entusiasmo, parecen melodías pensadas para conquistar a esa dama que siempre se nos ha resistido, aunque en verdad desvelan la pureza de un cantautor auténtico y con letras de pan de oro. Paco Cifuentes es eternamente afortunado. Tiempo es ya de que lo sea después de los méritos contraidos, de los bares recorridos y de la magia sembrada, pero en cualquier caso es muy afortunado, porque tiene un don y además tiene el don de saber explotarlo. Leer crónica.
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