Es una institución de la música española y aun así, al otro lado del teléfono —en una furgoneta que le lleva a Vigo—, Joan Manuel resulta igual de accesible y cachondo que sobre los escenarios. Sus vínculos con Galicia le han sido proporcionados por más de 40 años de ir y venir, paisajes, amigos, conciertos en salas de fiestas y en las propias fiestas de aldea, "donde teníamos que subir el equipo a hombros", recuerda. "Venir a Galicia, para unos trashumantes como nosotros, con aquellas infraestructuras, era una auténtica aventura". Leer nota.
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