jueves, mayo 21, 2009

Juan Gelman

El fenómeno del demopublicanismo.
Los marchatrases de Obama sorprenden a demócratas y a republicanos. El grupo progresista de los primeros no sabe a qué atenerse y los últimos lo aplauden. La política de Bush, que en su campaña electoral el nuevo mandatario se comprometió a cambiar, vive y colea todavía. Se dirá que es un hecho frecuente: los políticos prometen lo que no cumplirán cuando acceden al gobierno. Sólo que, en este caso, la elección de BO levantó oleajes de esperanza en EE.UU. y en el mundo entero, harto de guerra. El oleaje parece haberse acostado tranquilamente en alguna playa. Leer nota.

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