Sabían y ayudaron un poquito.
La Casa Blanca conocía desde hacía meses el golpe que se preparaba en Honduras, aunque ahora los voceros del Departamento de Estado finjan una inocencia sorprendida. El actual embajador estadounidense en Tegucigalpa, Hugo Llorens, lo sabe muy bien: el 12 de septiembre de 2008 llegó al país centroamericano y, nueve días después, el ahora golpista general Romeo Vásquez declaraba por la emisora HRN que lo habían buscado “para botar del gobierno al presidente Manuel Zelaya Rosales” (http://www.proceso.hn/, 21-9-08). Agregó: “Somos una institución seria y respetuosa, por lo que respetamos al Señor Presidente como nuestro Comandante General y nos subordinamos como manda la Ley”. Igualito que Pinochet antes de alzarse contra Salvador Allende. Cualquier semejanza es apenas obra de la realidad. Leer nota.
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