El placer de robarUn buen publicitario necesita, además de la viveza criolla, cierto oído, cierta mirada que le permita captar qué temas le van a servir y cuáles no para demostrar su citada picardía –y, eventualmente, incluso, vender algo que no sea sí mismo. Leer nota.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario