Medallas sí, pero con responsabilidades.
Estuve en la Feria del Libro de Frankfurt, en Alemania. La capital del libro. Centenares de editores, escritores, libreros, docentes, periodistas. Un mundo increíble. Hace tres cuartos de siglo, en ese país y en esa ciudad se quemaron libros. El fascismo brutal e ignorante. Hoy se reúne allí el mundo para hablar de una de las creaciones más dignas del ser humano: el libro. El saber. La búsqueda. La poesía. La otra faz del alma humana. Pasé horas paseando por esos pasillos con ventanas cargadas de libros, en todos los idiomas, de todos los continentes. El verdadero encuentro humano. El abrazo de las letras, de las ideas. El conocerse mejor. El maravilloso mestizaje cultural. Leer nota.
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