Descansa en paz, IU.
El oportunismo es una mezcla de la oportunidad y el cinismo, acaba de decirme Juan Urbano, a quien, como bien saben, le gusta buscarle tres pies al gato que tienen dentro todas las palabras. "Es que, en este caso, y tal y como están las cosas, resulta demasiado sencillo caminar por ella e ir de un extremo al otro, ¿no crees?", me pregunta, al otro lado del teléfono y en mitad de esa llamada que me hace cada miércoles para que le cuente de qué pienso hablar en esta columna y para tratar de influirme para que escriba de otra cosa. Cuando le hago caso, él tiene un buen jueves y yo le suelo gritar, medio en broma y completamente en serio: "¿Quién diablos te crees que eres: Cyrano de Bergerac?". Leer nota.
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