Serrat, el entrañable y necesario.
Pasó por todo el mundo, que las voces de los hombres se callaron a golpes. Sucedió especialmente en España, que sufrió la censura de una dictadura, la de Francisco Franco, que impuso el silencio en las calles y las casas.
Durante ese periodo negro, de 1936 a 1975, los poetas perdieron sus plumas y su tinta; los cantantes la guitarra y la voz, y todos, en España, perdieron la paz. Franco calló a muchos, mató a muchos... a los que estaban contra el régimen y a favor de la República, a los que hablaban de justicia o amaban a sus iguales, a quienes comulgaban con Lenin o con Trotsky... a García Lorca, a Miguel Hernández, los poetas, dramaturgos, los rebeldes...Leer nota.
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