Presa en su propia casa
La lenta recuperación de la activista Haidar tras su huelga de hambre en Lanzarote.
A Aminetu le gusta madrugar. Cada día se levanta sobre las seis y media y da un pequeño paseo de diez minutos dentro de la casa. Después de que sus hijos Hayat (15 años) y Mohamed (13) se hayan ido al colegio, ella se sienta para tomarse una manzanilla. Luego, se pone a leer los periódicos marroquíes y la prensa internacional por Internet, revisar su correo electrónico y ver los informativos en televisión. De momento, pasa la mayor parte del tiempo recostada en la cama y come poco, muy poco, pero su médico dice que es normal, que su maltrecho organismo aún tardará un mes más en recuperarse del todo. Después del almuerzo, casi siempre algo de sopa de verduras o puré, y en los últimos días una mínima cantidad de carne o pescado, da un segundo paseo de diez minutos y antes de acostarse, otro más. Leer nota.
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