Marisa nos cuenta en su blog.
Naturalidad
Ayer asistí a un concierto maravilloso. Era por una causa solidaria y también por amistad con el protagonista. El resultado final podría haber sido: bueno, vale, normal, ya está, a otra cosa mariposa. Pero al salir reconozco que me sentía feliz.
La sala estaba a reventar. El público tranquilo y sonriente. Joaquín Carbonell fue desgranando sus canciones con sencillez y nosotros comiendo las guindas una a una, saboreando, relamiéndonos y con el deseo constante de pecar con otra más. Leer crónica.
La web de Joaquín.
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