Elegía para un perro callejero
Nunca supo estar sólo. Y era como
si algo de humanidad hubiera entrado
en su corazón de perro callejero.
Por eso convertía en una fiesta
tu regreso a la casa. Eras el héroe
que vuelve derrotado y que recibe
atropellos, jadeos y ladridos,
claros clarines y los truenos de oro.
Completo aquí.
Gracias por colgarlo aquí.
ResponderBorrarUn beso
Alicia