Ismael nos cuenta en su blog.
Volveremos
Hubo un tiempo en el que el futuro era niebla y la vida un proyecto aplazado. La felicidad, o aquello que debía ser la felicidad, no transitaba por el camino marcado para el común de los mortales como vía obligatoria de circulación. Éramos radiantes y eternos y el mundo, arcilla en la que hundir nuestras manos bajo un cielo color caramelo. Leer crónica.
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