Entona su oratorio a Miguel Hernández.
El músico abre su gira dedicada al poeta en Elche.
Por la senda del poeta uno encuentra palmeras, piedras y barro. El camino que conducía ayer al Pabellón de los Deportes de la Universidad Miguel Hernández, en Elche, presentaba una metáfora de lo que fue su obra, sus obsesiones. También de lo que le ha costado a Serrat levantar su nueva gira. Pero allí estaba el músico: "Perdón por el retraso", dijo al despedirse de su público entregado, las 3.000 personas que le recibieron y le despidieron en pie, tras una hora y 40 minutos consagrados exclusivamente al poeta del hambre, la guerra, la cárcel y el aire de Levante. Leer nota
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