Poco vinagre y muchas rosas.
Deleita por enésima y penúltima vez a sus incondicionales.
El último vals con Sabina supo ayer a poco. En la misma medida que hoy nos saben a poco los 15 álbumes que nos ha regalado, y a él las tres décadas que lleva sobre un escenario y los 61 febreros que carga a sus espaldas bebiéndose y fumándose la vida sin dejar un poco para mañana. Su salud le pidió una tregua hace nueve años y su voz se lo recuerda ahora que los grandes escenarios exigen lo mejor de uno mismo. Nota completa aquí.
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