Soy un tipo de suerte.
A esta altura del partido tengo que estar pensando en dejar y sin embargo me llaman para tocar en todos lados.
A los 17 tocaba en un cabaret, el Tabarís.
Era un chico grande. Los primeros meses, cuando salía a las cuatro de la mañana, mi viejo me estaba esperando en la esquina para tomar el tranvía hasta Once. Y después se tenía que levantar a las ocho para ir a su laburo. Lo tuve que convencer porque los músicos me empezaban a cargar. Nota completa aquí.
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