Postal cubana en la botella de ron.
América recibió la caña de azúcar y la devolvió al mundo con el alma del ron. Trago preferido por los hombres de mar: se dice que todo pacto pirata se sellaba con un trago de ron. La primera noticia que se tiene de este aguardiente es de la isla de Barbados, por 1630. Richard Ligon, cronista de la época, cuenta que en aquellas playas se producía el rumbuillion (tumulto) o killdevil (matadiablo), a base de caña de azúcar y un alcohol “infernalmente fuerte”. Otros afirman que “ron” viene del latín saccharum, azúcar. ¿La tercera? Se dice que fue Basilio Valentín, un monje benedictino, el que creó la palabra ron: sigla del rótulo Rectificando Vera Medicina, ya que el sacerdote estaba convencido de que era un excelente remedio. El uso farmacológico se perdió en el camino, pero triunfó el placer y estas botellas reinan en las barras del mundo bajo diferentes nombres: ron, en español; rhum, en francés o rum, en inglés. Nota completa aquí.
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