lunes, noviembre 15, 2010

Rodolfo Serrano

Vallecas
Recuerdo aquellos días cuando era
un muchacho delgado y muy moreno.
El barro y las chabolas, humedades
en la pared y el pecho. Los domingos
salíamos al baile. Fumábamos Bisonte
sin filtro. Y muchas noches
soñábamos con trabajar en oficina.

Completo aquí.

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