Nada es lo que era
Si un día vinieras a buscarme,
a rebuscar por viejos calendarios
aquel cuerpo que un día tú quisiste.
Y pudiera yo andar, en una de esas noches,
por todos los caminos de tus venas,
y volver a perder cabeza y manos
en ese laberinto de tu pecho.
Completo aquí.
Si un día vinieras a buscarme,
a rebuscar por viejos calendarios
aquel cuerpo que un día tú quisiste.
Y pudiera yo andar, en una de esas noches,
por todos los caminos de tus venas,
y volver a perder cabeza y manos
en ese laberinto de tu pecho.
Completo aquí.
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