El primer golpe
Sabina en el Luna. El miércoles, Joaquín comenzó a fuego lento su periplo de diez shows en el Palacio de los Deportes.
Buenos Aires no es una ciudad más para Joaquín Sabina. Desde aquel lejano 27 de marzo de 1989 en el Teatro Opera, se forjó un amor incondicional de 22 años entre el Flaco de Ubeda y el público local. Luego de desfilar por los principales escenarios porteños (cerrados y abiertos), a Sabina solo le restaba engarzar en su cancionero a la romana “rueca de Penélope” con las dos palabras que hilan el inconsciente deportivo popular: el mítico Luna Park. “Estar aquí es un sueño de gloria. Yo sabía de este lugar mucho antes que Monzón cogiera con la Su (risas). Le agradezco a la lluvia porque sino se iban a ir a ver a Plácido Domigo”, dispara risueño el andaluz sobre el show gratuito del tenor español que se canceló por mal tiempo y ayer deslumbró la 9 de julio. Nota completa aquí.
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