domingo, junio 05, 2011

Javier Bergia

Que será de nosotros.
A las nueve de la mañana, Córdoba respira limpia y fresca. El sol amenaza con desplomarse sobre nuestras cabezas, pero hasta mediodía nos dará una tregua. Corre el mes de Julio por la aljafería y anuncian campanas, que las diez al punto llegan. Me subo a un tren con destino a Valencia. De Ecija a Espeluy, un anciano recorre el vagón lentamente con el rostro estreñido, intentando adivinar los imperceptibles números que supuestamente impresos están sobre los asientos. Crónica completa aquí.

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