Fernando nos cuenta en su blog.
Un armónico y sensible eco del vivir cotidiano.
Tras la publicación del disco "La alegría del coyote", en 1988, Javier Bergia inició un proceso de creación, podría decirse que imparable, a través del que nos ha ido dejando todo un conjunto de canciones de una calidad extraordinaria; y es que Javier es un creador y un comunicador singular; yo diría que de los más importantes de nuestro país aunque no se le note porque, a fin de cuentas, él no vive más que para la música, y pasa mucho de "gaitas", "malos rollos" y otras "artistomediocridades" por el estilo. Crónica completa aquí.
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