Una figuración del paraíso
Poesía. No responde Joaquín Pérez Azaústre (Córdoba, 1976) a la imagen del poeta que escribe al dictado de una musa o de un dios, hierofante pagado de sus palabras y más aún de sus silencios. Reconocido desde su primer libro de versos (Una interpretación, 2001), con el que había obtenido el Premio Adonáis, no es un poeta que se sitúe frente a la literatura, entendida como oficio e intercambio comunicativo; al contrario, Pérez Azaústre respeta hasta donde se puede la poesía lírica, pero es y se sabe "literato", que pasa sin solución de continuidad, y sin sentir que mancilla o rompe nada, de los versos a las prosas, de la columna periodística a la nouvelle, de la novela al ensayo cultural, e incluso salta la valla de la literatura para tratar con otras artes y singularmente con el cine. Nota completa aquí.
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