Mi despido de la SER no es el problema: es sólo un pequeñísimo síntoma de cómo está España.
Mi despido fulminante de la SER no es el problema; es una pequeña consecuencia de un gran problema. Lo que me ocurra a mi en mi en relación con el ejercicio de mi profesión es un asunto privado. Lo que pase con la libertad de circulación de la palabra, es un asunto público. Crónica completa aquí.
Increible, es lo primero que se me ocurre decir ante el despido de Carlos Carnicero, periodista al que siempre admiré por su verbo sagaz y sus rápidos reflejos a la hora de responder en las tertulias de la SER, de las que soy seguidor desde hace muchos años. Sobre todo Carnicero, me ha parecido siempre una persona que desprende honestidad e independencia de criterios, por eso me gusta y lamento su despido de la cadena. Que la SER se las gaste de esa manera no me gusta en absoluto, algo empieza a oler mal ahí, como en el grupo PRISA.
ResponderBorrarSeñor Carnicero, sepa que Vd. tendrá cabida allí donde vaya, siempre que respeten la libertad que Vd. siempre manejó. le deseo lo mejor y espero seguir disfrutando de Vd. Suerte y salud.
Marceliano Sanchez
Bueno. Creo que afirmar que los medios de comunicación no son independientes no sorprende a nadie. Pero esa falta de independencia es accionada por periodistas que, como Carlos Carnicero, han seguido consignas y directrices político-partidistas. Ahora, cuando le cierran las puertas -le dan portazo-, y habla....
ResponderBorrarPor cierto, Carlos, no se si sabrás que eso de las derechas e izquierdad cansa, no te rayes.