El bar del Morocho y el OrientalLas puertas vaivén de madera siguen tan firmes como la niebla del Riachuelo que flota a poco más de dos cuadras, dejando entrever el perfil del viejo puente. El piso, aunque renovado, mantiene aquel simbólico damero blanco y negro. Y en un rincón, a un costado del mostrador de madera, una antigua máquina de café dice presente a pesar de que el vapor y el agua caliente ya no pasan por sus filtros. El local, como lo inmortalizó Enrique Cadícamo en su poema El morocho y el oriental , está “allá por Olavarría esquina Almirante Brown” y se presenta bajo el nombre de Café Bar Roma, obviamente en el barrio de La Boca. Nota completa
aquí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario