Las víctimas
Han sido tantos años de lo mismo, de ese mismo dolor, de su pulso continuo como un latido ardiente en la retina, que no entender a las víctimas un día como hoy nos resulta imposible. Después de repasar toda la información, el comunicado de ETA y las distintas comparecencias, posturas y discursos, si uno se para a leer las declaraciones de las asociaciones de las víctimas sólo puede abismarse en ese sufrimiento, pero sólo otearlo. Otearlo, sí, porque los atentados no terminan jamás para las víctimas, y porque una forma humana de afrontar el día de después es esperar, soñar, que quien te ha triturado la vida pague un precio justo por su crimen. Crónica completa aquí.
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