Pienso ahora en los viernes de La Latina. En cómo una reunión de amigos puede convertirse en la familia, en ese extraño nudo parental que te acoge y te abraza. Se habla mucho de los domingos de La Latina, en Madrid, porque son estupendos: el mercadeo del Rastro, con su gesto ambulante de devenir cansado, de una antigüedad de las costumbres que hemos heredado y que no salva. Crónica aquí.
Lindos recuerdos me trae esta foto con amigos en La Latina,,,gracias a todos por el momento, por la compañia, por tantas cosas,,,
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