Félix Romeo, capítulo final
“El fuego sin fuego de mis muertos” escribió Félix Romeo.
Y Félix Romeo es ya fuego de ese fuego. Se marchó el Pantagruel insumiso que aullaba a luna en las madrugadas de Zaragoza. Queda, según aseguran sus numerosísimos amigos, el eco sin fin de sus carcajadas de ogro bondadoso. El amor de tantos a los que quiso y le quisieron. Y queda también un rastro de tinta imperecedera. Noche de enamorados, su novela póstuma. ¿Novela? Literatura, más allá de disquisiones sobre un género a estas alturas imposible de definir. Novela y autobiografía y lo que se tercie. Un ejercicio de memoria y una indagación literaria y una confesión vuelta del revés. Crónica aquí.
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