Cuando el enemigo paga el sueldo.
Me veo en la necesidad de insistir en una idea, terrible, pero real, sobre la que ya he incidido aquí en otras ocasiones: el poder del que ahora está abusando el Gobierno es el poder que nosotros mismos les hemos dado.
Sin embargo, lo de ayer en Valencia supera cualquier expectativa. Cargar de manera tan "indecente" contra estudiantes de enseñanza media, cargar contra adolescentes como si se tratase de guerrilla urbana es desproporcionado, pero es, sobre todo, torpe. Nota aquí.
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