jueves, febrero 02, 2012

Manuel Cuesta

José Coronado
ES cierto que hasta que no comenzó a rodar con Enrique Urbizu no empecé a tomarle en serio. En La Caja 507 bordó un papel sobrio y contundente encarnando a un ex-policía corrupto y sin escrúpulos. En La vida mancha marcó la diferencia interpretando a un personaje tan atractivo como inquietante, sin saber a ciencia cierta de donde provenía, hipnotizó al espectador con ese extraño encanto de los forasteros del western más urbano. Crónica aquí.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario