Las mil vidas de Alberto Ballesteros.
De entre todas las virtudes que lleva en su cajón Alberto Ballesteros, quizá la más importante es que no trata de imitar a nadie, de gustar a nadie, de caerle simpático a nadie. Y claro que Alberto Ballesteros, este songwriter emigrado de Sheffield que es de lo más brillante que uno puede encontrarse en la nueva noche madrileña, tiene influencias, ha buscado bien a sus maestros, sube al escenario y es una proyección que ha imantado el eco de un aplauso. Y claro que es simpático también. Pero una cosa es serlo y otra intentar serlo. Una cosa es haber escuchado bien a César Pop o a Quique González, y otra muy distinta intentar cantar como ellos, o escribir como ellos, o hasta imitar su tono o sus mensajes. Crónica aquí.
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