Motivos para un encantamiento.
Una de las cualidades que más admiro y que más me emocionan de este creador vasco llamado Íñigo Copper, al que hoy voy a dedicarle un extenso "cuelgue", es su capacidad para imaginar, crear y contar historias fantásticas –absolutamente maravillosas: críticas, tiernas, emocionantes y hasta divertidas–; historias que discurren entre la verdad deseada y la irrealidad soñada, como la de su encuentro con Carlos Gardel en el Olympia de París; con Bob Dylan y sus fans en uno de sus conciertos parisinos: con Woody Allen, con Elvis..., o con el mismísimo Jesús...; y, en otra perspectiva, historias geniales y magistralmente narradas, como la vivida a los trece años con una tal Laura –hermosa y malvada–, o la de su escapada a la Edad Media y la salvación de su vida gracias al "rock and roll". Crónica aquí.
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