domingo, julio 29, 2012

Bebe

“Los periodistas no son mi desayuno favorito. Mejor tostadas con aceite”
A Bebe los 27 minutos de la entrevista le parecen un coñazo. Y lo dice. Llega de excelente humor (miren la foto). Pero ante la grabadora no está tan cómoda y responde protocolariamente. Tanto como las preguntas, aduce. Lo cierto es que no se fía un pelo. Muchos líos. Apagado el maldito aparato, con una caña, todo cambia. También el periodista. Ella responde con más naturalidad. Más de verdad. Así que encendemos el artefacto otra vez. Pero... pasados 15 minutos, hay un malentendido. Se molesta. “¿Estabas grabando sin mi permiso?”. No había oído como se lo pedíamos. O no se dijo con claridad. Da igual. Lo arreglamos. Y aquí viene la tercera parte del encuentro, que ya se pone más bárbaro. “Vamos a echar un cigarro fuera”, propone. En la calle, Bebe te clava la mirada y se hace más vulnerable y cariñosa. Y descubre un poco la herida de los golpes recibidos. En realidad, sí duelen.Nota aquí.

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