El 12 de septiembre de 1973 era detenido Víctor Jara. Cuatro días después lo ejecutarán, no sin antes torturarlo hasta la extenuación cortándole los dedos para que no pudiera tocar su guitarra y la lengua para que no pudiera cantar. Sirva este recordatorio para que nunca olvidemos la crueldad de los fascistas y las terribles consecuencias sobre el pueblo librepensador. Afortunadamente Pinochet y su recua de asesinos están hoy en el fondo del basurero de la historia. No permitamos que sus sombras vuelvan a resurgir. ¡No pasarán!
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