Ese martes pasado
Las casas espesas y las calles ligeras, el miedo ausente,
y las esperanzas llenas de esperanza, las gargantas
rotas, los pies cansados de sujetar un cuerpo al paso,
la ansiedad a tiro de otros, el murmullo silencioso y
los gritos en las esquinas, por un sueño al despertar.
Completo aquí.
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