La magia existe.
Acudo a conciertos con bastante frecuencia, pero no en todos suelo ser testigo de lo que sucedió anoche –25 de noviembre– en el que nos ofreció ANDRÉS MOLINA en la Sala Libertad 8.
Fue uno de esos conciertos en los que inesperadamente surgió la "magia", y en los que el disfrute se hizo tan intenso que el paso tiempo fue como si no existiera...; eran prácticamente la una de la madrugada y no había quien nos moviera de los asientos. Crónica aquí.
Querido Alejandro:
ResponderBorrarDecir "Gracias!" me sabe a poco!
Te envío un abrazo enorme desde este Madrid nocturno en el que todavía tengo fresco el abrazo de despedida de nuestro querido amigo común Lucini.
Hemos estado juntos en una de las tiendas FNACs de Madrid.
Andrés Molina