Es sólo el tiempo, que pasa.
Suerte de cateterismo cardíaco, tu mirada cansada
- apenas has dormido, me dices -
calma al triste músculo herido
por el hielo de un otoño roto, astillado.
Arrítmico mi corazón, hipocondríaco todo yo,
se rebela ante la impasible marcha de antorchas,
santa compaña de fantasmas dormidos,
que camina por las calles, camino del trabajo,
anestesiada por las agujas catódicas
-ya no tanto que todo es pantalla plana-
que escupen los televisores de leds irisados.
Completo
aquí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario