“Mi maestro es la propia canción”
“Una noche, armamos una tocada con Frank Gambale en Oliverio. Estuvo bárbaro, pero llegué a casa con una sensación rara. Y al volver a agarrar la guitarra, entendí que estaba yendo para un solo lado, tocando todo el tiempo al mango. Desde ahí, empecé a diseñar mis shows de otra manera.” Muchos años después de aquella especie de revelación, en una confitería frente a la Plaza de los Dos Congresos, Luis Salinas, que hoy cierra su año musical con un concierto en el Torcuato Tasso, vuelve sobre ese momento en el que cambió para siempre su manera de transmitir lo mucho que tenía para decir desde las seis cuerdas. Nota aquí.
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