El mostacho del periodismo.
Se decía cronista cuando “era una forma de pararse al margen”. Ahora que está de moda y que goza hasta de buena prensa, Martín Caparrós parece buscar otros adjetivos menos cómodos. Viajero, novelista, fotógrafo y hasta actor ocasional, el narrador argentino mantiene el hambre intacta por una buena historia.
¿Cómo fue trabajar con Rodolfo Walsh?
Yo quería ser fotógrafo: no estaba en mis planes ser periodista. Me tomaron con la promesa de formarme como fotógrafo unos meses después. El director, Miguel Bonasso, me aceptó, pero todavía no podían empezar conmigo. Había que esperar a que pasara el verano, y en marzo lo podían hacer. Me preguntaron qué prefería, si esperarme hasta marzo y volver, o trabajar hasta entonces como cadete, sirviendo café. Así estuve un par de meses, sirviendo café y era muy malo haciéndolo, porque soy un poco torpe: manchaba a la gente. Nota aquí.
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